8 de marzo 2021
El 19/2/2020, mediante el punto 3.1.9.1., acápite v), del texto ordenado de las normas sobre “Sistema Nacional de Pagos -Débitos Directos”, el Banco Central restringió el uso del medio de pago “Débito directo” para el cobro de préstamos y cualquier otro concepto vinculado a ellos, incidiendo directamente sobre la operatoria que en la jerga se denomina comúnmente “barrido”.
En efecto, con esa medida y desde ese entonces, los únicos habilitados a continuar con el uso de ese medio de pago pasaron a ser exclusivamente los acreedores que tuviesen abiertas a nombre y a la orden del deudor cuentas con CBU o CVU.
Por tanto, los terceros no involucrados en la relación contractual entre acreedor y deudor, es decir quienes solo prestan el servicio de cobranza de las cuotas pudieron seguir con dicha prestación con respecto al cobro de las cuotas remanentes de préstamos otorgados hasta el 18/2/202o, conforme a lo previsto en el punto 3. de la Comunicación “A” 6909.
En consecuencia, a partir de la entrada en vigor de la precitada norma (19/2/202o), el cobro de las cuotas de los préstamos mediante el medio de pago “Débito directo” continuó solo habilitado para los acreedores, sea una entidad financiera o un proveedor no financiero de crédito, mediante el débito en una cuenta con CBU o CVU abierta por esos prestamistas a nombre y la orden del deudor.
Al respecto, cabe recordar que, en aquel momento y ante determinadas circunstancias que se verificaron en términos de ciertos abusos o desnaturalizaciones en el uso del mecanismo del débito directo en el cobro de préstamos mediante la imposición de cuotas adelantadas a algunos deudores, entre otras distorsiones, el Banco Central se vio ante la necesidad de volver a los orígenes de ese medio de pago ante las aludidas.
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