22 de febrero 2021

En todos lo órdenes de nuestras vidas los seres humanos, actuamos y nos movemos dentro de una “Zona de Comodidad”. Dentro de esta Zona se ubican los pensamientos, las conductas y las emociones que experimentamos de manera automática. Aquello que aprendimos y fuimos convirtiendo en hábito, existe dentro de esta “Zona de Comodidad”.

Esto ocurre con los hábitos más cotidianos, y también con conductas menos habituales, que están aprendidas y actuadas sin detenernos a pensar en lo que hacemos.

Al hablar de hábitos cotidianos nos referimos al día a día. Un ejemplo: tomar el desayuno de una manera determinada y con determinados alimentos, accionar cada mañana en el mismo orden: primero el baño, luego el desayuno y luego vestirse, o cualquier otra combinación posible. Este ejemplo, probablemente, lo llevó a pensar cuál es su hábito cada mañana, y seguramente que en el 99% de los días cumple Ud. exactamente la misma rutina.

Esto también ocurre en ámbitos laborales y en relación a los vínculos. Si por alguna razón Ud. piensa que delegar es complicado, seguramente encontrará todos los justificativos necesarios para quedar a cargo de todas las tareas y no delegar. Trabajar solo y no delegar se encuentra dentro de su “Zona de Comodidad”.

Referido a los vínculos, nos relacionamos de acuerdo al principio de acción y reacción. Esto es, ante una misma persona Ud. acciona de una forma,  y la otra persona reacciona siempre de una manera predeterminada. Esta cadena de “acción/reacción” funciona de manera automática, y está ubicada en su “Zona de Comodidad”. Es lo que Ud. aprendió.

Un ejemplo conocido es el que se da entre padres e hijos: cada vez que el padre pide a su hijo que ordene el cuarto, la respuesta del hijo es no hacerlo. Ante la insistencia del padre, la respuesta del hijo será la misma: no obedecer. Es decir que la “acción” del padre en pedir orden, genera en el hijo la “reacción” de no hacerlo. Ante el mismo pedido, obtendrá la misma respuesta.

Esta interacción está ubicada dentro de la “Zona de Comodidad”. Es lo conocido por el padre, y es la única manera en que sabe pedir orden a su hijo. Para lograr algo diferente, hay que hacer algo diferente, por ejemplo, comunicar de otra forma.

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